llego a casa de trabajar
dura jornada en el campo,
no tengo ganas de “na”.
Guardo el coche en el garaje
me bajo hambriento y cansado
y veo allí mi bici nueva
pidiéndome salir un rato.
Mi mente se anima a salir
pero mi cuerpo se siente cansado
y comienzo un debate interno
con dudas que me han asaltado:
¿Por qué salir en bicicleta
cuando tengo un todo terreno
e ir por caminos tan malos
habiendo caminos tan buenos?
¿Por qué sentar mis posaderas
en un sillón tan estrecho,
teniendo en casa un sofá
tan cómodo y tan bien hecho?
Ponerme esta equipacion
y llevar el cuerpo apretado,
o darme una ducha fresquita
y ponerme un chándal holgado.
Meter los pies en esos zapatos
con sea suela tan dura.
O en mis zapatillas de pelitos
que buen confort aseguran.
Me bebo una isotónica
y una barrita de cereales me como.
O una cerveza fresquita
dos huevos fritos y un lomo.
Salir a esta hora de la tarde
con lo que el calor aprieta.
O acostarme en mi camita
y dormirme una buena siesta.
Ponerme el casco en la cabeza
para ir bien protegido.
O protección solar en el cuerpo
y en la playa quedarme dormido.
Pero, debo ser masoquista,
ya tengo el equipo puesto.
Y es que puede más la ilusión
que el cansancio que siento.
Ya estoy saliendo con mi bici
por esos caminos perdidos.
Dos o tres horas rodando
y disfrutando con todos mis sentidos.
Llego a casa casi de noche,
una ducha la cena y me acuesto.
Buenas noches a la parienta
que sueñes con los angelitos
Yo con mi bici nueva
por aquel sendero tan bonito.
By Pepe